Cierra la puerta a los recuerdos viejos y
dolorosos. Cierra la puerta a
viejas heridas, a antiguas auto suficiencias imperdonables. Puedes tomar
un incidente del pasado en donde hubo
dolor y daño, algo que es difícil para ti perdonar o mirar. Pregúntate a ti mismo: "¿Cuánto tiempo quiero aferrarme a esto ¿Cuánto tiempo quiero sufrir por algo que sucedió en el pasado?"
Ahora ves un arroyo en frente
de ti y tomas aquella vieja experiencia, ese dolor, esa pena, y pones el incidente en el arroyo y ve como comienza a disolverse y se aleja
hasta que desaparece. Tienes la
posibilidad de dejarlo ir. Eres
libre.
Louis Hay
Cerrar puertas, dejar ir, curar heridas pasadas, tarea complicada pero necesaria... gracias por la reflexión.
ResponderEliminarBesos!
Así es SOÑADORA, es cuestión de decidir dejar de aferrarnos a lo que nos causa daño, por nuestro propio bien.
EliminarUn beso
Hola, Carmen Rosa
ResponderEliminarCerradas quedan las puertas. No sea que se abran de repente por la corrriente ;).
Es muy interesante lo que cuentas y además sanador y efectivo :D.
Besotes.
Hola MARÍA EUGENIA
EliminarSiii, tienes razón, es cerrar con decisión para que no vuelvan abrirse y luego en su lugar abrir la puertas que nos llevan a ser libres y nos empoderen.
Besitos