El enfado es un mecanismo de defensa. Si estás a la defensiva es porque tienes miedo.
El enfado es algo normal y natural. Generalmente nos enfadamos una y otra vez por las mismas cosas, y sentimos que no tenemos derecho a expresarlo, de modo que nos lo tragamos. Entonces el enojo tiende a instalarse en una parte concreta de nuestro cuerpo, y se manifiesta como enfermedad.
Durante años y años seguimos amontonando nuestro fastidio en ese mismo lugar. Para sanar, deja salir tus verdaderos sentimientos. Si no puedes expresárselos directamente a la persona que los provoca, mírate al espejo y habla con esa persona. Díselo todo: «Estoy fastidiado contigo»; «Tengo miedo»; «Estoy alterada»; «Me has hecho daño». Y sigue; sigue hasta que te hayas liberado de todo el enojo. Entonces haz una inspiración profunda, mírate en el espejo y pregunta: «¿Cuál es la pauta que provocó esto? ¿Qué puedo hacer para cambiar?»
Si logras cambiar el sistema de creencias que desde adentro te crea ese comportamiento, no necesitarás seguir repitiéndolo.
"Pensamientos del corazón" Louis Hay
Hola, Carmen Rosa
ResponderEliminarCuando llego a enfadarme, intento hacer una cosa: abrazar mi enfado, mi rabia, mi dolor o lo que esté viviendo. A veces, al hacerlo, noto cómo todo se deshace y me siento mejor. En cambio, otras veces, me cuesta algo más.
Añadiré tus sugerencias. Seguro que ahora será todo más rápido.
Besotes.
Hola María Eugenia
ResponderEliminarEs una buena técnica la que empleas también, bueno cuando haya dificultad para lograrlo puedes intentar lo que aquí se sugiere. Siempre tenemos que buscar lo que mejor funciona con cada uno. Gracias por comentarlo.
Besos